afrol News, 11.03.2003 - Con ocasión del Día de la Commonwealth, que este año se celebró ayer 10 de marzo, Amnistía Internacional pide a la Commonwealth que responda con severidad a la creciente represión contra los defensores de los derechos humanos, los miembros de la oposición y los medios de comunicación independientes que trabajan en Zimbabue. «Los simpatizantes y miembros del partido de oposición Movimiento por el Cambio Democrático, los medios de comunicación independientes, los líderes religiosos y los defensores de los derechos humanos siguen sometidos a actos de acoso, detenciones arbitrarias y malos tratos a manos de las autoridades de Zimbabwe», declaraba ayer Amnistía Internacional. Desde principios del presente año 2003, los actos de violencia por motivos políticos se han multiplicado en el contexto de los esfuerzos del Estado por acallar toda disensión antes de los partidos previstos en el calendario de la Copa Mundial de cricket y en el periodo previo a las elecciones parlamentarias en Kuwadzana y Highfield, dos barrios de gran densidad situados en las afueras de Harare. A medida que se acercan tales elecciones, fijadas para los días 29 y 30 de marzo, la milicia y las autoridades gubernamentales están sometiendo a los parlamentarios del Movimiento por el Cambio Democrático, así como a los miembros y partidarios de la oposición, a actos de intimidación, detenciones arbitrarias y torturas. El 2 de marzo, un total de 72 simpatizantes del Movimiento por el Cambio Democrático fueron detenidos de regreso de una concentración dirigida por el presidente del partido, Morgan Tsvangirai, que tuvo lugar en Harare. Luego los trasladaron a varias comisarías, donde agentes de la policía les golpearon y agredieron antes de que quedaran en libertad. Ese mismo día, la policía detuvo a Nelson Chamisa, candidato del Movimiento por el Cambio Democrático en Kuwadzana, junto con 10 partidarios de dicho partido, mientras distribuían panfletos para las elecciones parlamentarias de dicho barrio. Todos quedaron en libertad en el transcurso del día, pero la policía les prohibió continuar con la campaña de propaganda puerta a puerta. El 28 de febrero, la policía detuvo a 23 líderes religiosos cuando intentaron presentar una demanda a la policía en la que pedían que se pusiera fin a las violaciones de los derechos humanos cometidas por este cuerpo. Todos quedaron en libertad sin cargos tras permanecer retenidos varias horas. «La Commonwealth debe indicar con toda claridad al gobierno de Zimbabwe que estos actos suponen una violación evidente de los principios de derechos humanos recogidos en la Declaración de la Commonwealth, firmada en Harare en 1991», dijo la organización. Amnistía Internacional insta a los gobiernos de la Commonwealth a que utilicen toda la influencia que puedan para animar a las autoridades de Zimbabue a que pongan fin inmediato a las violaciones de derechos humanos perpetradas por el gobierno. La disparidad entre los principios recogidos en la Declaración de la Commonwealth, firmada en Harare en 1991, y la realidad de las violaciones de derechos humanos cometidas en Zimbabue hace necesario que la Commonwealth emprenda nuevas acciones urgentemente. «La Commonwealth debe enviar el mensaje claro y firme de que no se va a pasar por alto el empeoramiento de la situación de los derechos humanos en Zimbabwe y de que las autoridades de dicho país no deben permitir que tales derechos se violen impunemente. La Commonwealth debe adoptar todas las medidas que sean necesarias para garantizar que las autoridades de Zimbabue cumplen con las responsabilidades adquiridas en virtud de la Declaración de la Commonwealth firmada en Harare», dijo Amnistía Internacional. «En el día en que los 54 países miembros de la Commonwealth celebran
los lazos que los unen, los ciudadanos de Zimbabwe no deben hallarse solos
ante la escalada de violencia y represión en el país», concluyó la
organización.
|