Según científicos de la Universidad de Gales Swansea - que publicaron su estudio de las migraciones de la tortuga verde (Chelonia mydas) en las costas de África Occidental - estos animales amenazados son todavía más móviles de lo que antes se pensaba, complicándose así aun más el trabajo para protegerles. Se necesitaría una colaboración entre Mauritania, Senegal, Gambia y Guinea-Bissau para asegurar su sobre vivencia. Las tortugas mantienen un complicado rastro de movimientos espaciales y temporales y una tortuga marcada en Guinea-Bissau puede aparecer de repente en Gambia o, más lejos aún, en Mauritania. "Hasta ahora sus rutas migratorias han sido prácticamente desconocidas", explicó el investigador galés Brendan Godley. - Si estudias la información que se ha producido por sus rastreos y descubres que una tortuga concreta se ha desplazado por las aguas de Guinea-Bissau hacia Senegal, luego a Gambia y Mauritania, entiendes los riesgos que debería de haber encontrado durante la ruta y cuanto hace falta hacer para protegerlas, concluye Godley. El estudio continúa recordando los riesgos que tienen las tortugas para sobrevivir. Incluyen especialmente la explotación directa de sociedades costeras y el cogido accidental a causa de los buques de pesca. Sin embargo, la conservación de las especies de tortugas se toma en serio en estos cuatro países pobres de África Occidental. Todos tienen un porcentaje concreto de sus costas bajo un nivel de protección superior al de los países industrializados, donde las costas ya funcionan como zonas intensivas de turismo, población, tráfico o industria. Mauritania es un ejemplo de inversión en la conservación de sus costas. El enorme Parque Natural de Banc d'Arguin, en el norte del país, es un refugio de gran importancia para las tortugas, peces y aves marítimas. El parque incluye una zona marina extensa; una reserva excepcional de hierbas marítimas donde las tortugas y otras especies encuentran su nutrición. En Senegal, la protección de las tortugas está asegurada por la ley y por la existencia de una red de áreas costeras protegidas. Un total de tres parques naturales existen por toda la costa, incluyendo los habitados enclaves para las tortugas. El gobierno senegalés también financia campañas de información sobre la protección de tortugas y está vigilando algunas de sus zonas de reproducción. También en Gambia y Guinea-Bissau están bajo protección extensas áreas costeras. La corta costa gambiense incluye cuatro zonas protegidas, mientras que el empobrecido país de Guinea-Bissau tiene grandes partes de su rica costa extraordinariamente protegida. En concreto, se incluye el parque natural marítimo del Archipiélago de Bijagos. Con el intensivo uso de las costas de los países ricos, al otro lado, las especies de tortugas - antes típicas en las playas de todo el mundo - tan sólo tienen su refugio en las costas de los países pobres. La factura para proteger los últimos supervivientes de esta herencia biológica mundial se ha mandado a África. Las sociedades locales, como el pueblo imraguen de Banc d'Arguin en Mauritania - que ha explotado el recurso de las tortugas de manera sostenible durante miles de años - es criminalizada por continuar cazando tortugas. Los biólogos piden al gobierno mauritano que implante su legislación y castigue con multas a estos cazadores.
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