afrol news, 27.04.2002 - El Programa Mundial de Alimentación (WFP, por sus siglas en inglés) ha realizado un llamamiento esta semana a la ayuda internacional para los 250.000 mauritanos que están sufriendo a causa de la seria escasez de alimentos después de la sequía y las recientes lluvias torrenciales. La crisis llega como un resultado de los 30 años de degradación climática, incluyendo el incremento de sequía y desertificación. Según la agencia de las Naciones Unidas, Mauritania está experimentando una "crisis alimentaria sin precedentes". La temporada 2001 / 2002 experimentó sequías, la pobre distribución de precipitaciones y los bajos niveles de los caudales del Río Senegal, además de enfermedades y pestes. Todo ello se vio combinado con unas lluvias fuertemente excepcionales entre el 9 y el 11 de enero, todo lo cual, unido, ha llegado a provocar la situación de emergencia. Las lluvias, principalmente en las regiones de Trarza, Brakna, Gorgol y Tagrant, acabaron con más de 6.000 toneladas de arroz y dañaron cultivos para el pasto, tal y como demuestran las últimas cifras que se han hecho públicas. Se estima de unos 5.941 hogares, escuelas y otros edificios fueron destruidos y perdieron su vida 20 personas. Familias están ya emigrando desde los pueblos devastados a los centros urbanos. WFP informa que familias locales han reducido su consumo de comida a la mitad y están comenzando a vender las posesiones familiares, lo que representa una clásica señal de una seria crisis alimentaria. También se ha registrado un aumento de malnutrición infantil, abortos y diarreas entre los agricultores pobres afectados y las familias dedicadas a la agricultura y ganadería a pequeña escala. Aunque la actual crisis es un resultado directo de las condiciones climáticas de los últimos años y del pasado mes de enero, ya se han venido generando una crisis medioambiental durante las últimas décadas. Los últimos 30 años de degradación climática han hecho que Mauritania reduzca su zona agrícola en 200 kilómetros y se concentre a lo largo de su frontera oeste con Senegal. Con un economía nacional basada aún en el sector rural, las consecuencias para la seguridad alimentaria han sido desastrosas: el total de 2,7 millones de habitantes de Mauritania está expuesto a deficiencias alimentarias crónicas. El país se encuentra a la clemencia de los desastres naturales. Con su presupuesto actual, WFP está ayudando ya a Mauritania con 22 millones de dólares y 30.000 toneladas de ayuda para los próximos cinco años. Sin embargo, las necesidades son ahora mucho mayores y la agencia de las Naciones Unidas, junto con la Comisión de Seguridad Alimentaria Mauritana han hecho un llamamiento urgente para conseguir 7,5 millones de dólares para ayudar a la población afectada durante el resto de la temporada. La operación, que fue lanzada a comienzos de abril, proveerá 16.000 toneladas de ayuda a las víctimas para los próximos nueve meses.
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