afrol News, 01.07.2003 - Mientras la tensión incrementa en Nigeria, durante el primer día de una huelga a nivel nacional de por la subida de más de un 50 por ciento de los precios de la gasolina, el keroseno y el diesel, el Secretario General de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, Guy Ryder, ha pedido personalmente al Presidente nigeriano Olusegun Obasanjo que intervenga en el diálogo entre el Congreso de Trabajo Nigeriano (NLC, en inglés) y el gobierno. Tras haber recibido informaciones de Nigeria de incidentes de intimidación y de severas tácticas por parte de las fuerzas policiales, incluyendo un ataque con gas lacrimógeno contra un grupo de manifestantes entre los que se encontraba el Secretario General del NLC, Adams Oshiomole, la CIOSL llamó ayer desde su sede en Bruselas a la imparcialidad y a la transparencia por parte del gobierno nigeriano para tratar de llegar a un diálogo con los sindicatos nacionales en búsqueda de una solución. La carta redactada por CIOSL indica que "nos desprecian con la precipitada decisión del gobierno de aprobar un alza de precios... sin ningún proceso anterior de consulta dirigida a los socios sociales que atenúe los devastadores efectos que tendrá en el poder adquisitivo de los trabajadores en concreto y de la población en general". Como uno de los principales promotores del 'plan de recuperación de África' (NEPAD), a lo largo de todo el continente, el Presidente Obasanjo ha conseguido la admiración popular por su amplia implicación en socios sociales, incluyendo los sindicatos y el desarrollo. Sin embargo, en su propio terreno patrio, un alza del precio de los carburantes que afecta a millones de trabajadores y a sus familiares ha sido puesta en marcha sin ningún tipo de discusión ni diálogo, denuncia CIOSL. Tampoco todo el cuerpo sindical nigeriano estaba de acuerdo con la
llamada a una huelga de forma tan precipitada. Una buena parte de los
sindicalistas nigerianos, ante la situación, eran la semana pasada de la
opinión de que es necesario disponer de suficiente tiempo para movilizar a
los trabajadores, así como que el gobierno pueda ofrecer oportunidades
para el diálogo.
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