afrol News, 23.06.2003 - La libertad de asociación y el derecho a la huelga están reconocidos en Mauritania, pero se ven sujetos a grandes restricciones. La propuesta de un nuevo Código Laboral podría mantener muchas de ellas y añadir aún más, según denuncia en su nuevo informe sobre este país la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL). En su último informe sobre Mauritania, CIOSL subraya que determinadas prácticas, como la esclavitud y la tortura, se practican todavía en las regiones que cuentan con una administración más pobre, a pesar de que la ley las prohíbe. Al mismo tiempo, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres explica que todos los trabajadores, excepto los miembros del ejército y de la policía, cuentan con libertad para pertenecer a fuerzas sindicales. Sin embargo, el gobierno tiene el poder para decidir el reconocimiento oficial de una fuerza sindical, a través de la Oficina del Fiscal Público. Por otro lado, los trabajadores extranjeros, hasta el momento, no han tenido derecho alguno a poder beneficiarse de los derechos sindicales. La nueva propuesta del Código Laboral exige a los trabajadores extranjeros haber permanecido en Mauritania durante un mínimo de cinco años y haberse dedicado durante este periodo a la misma profesión para poder pertenecer a un sindicato, denuncia CIOSL. En lo que se refiere al derecho a huelga, éste está reconocido, pero el actual Código Laboral permite fácilmente declarar una huelga ilegal. Los trabajadores de los servicios públicos deben anunciar una huelga con un mes de antelación, mientras que en el sector privado también es necesario un procedimiento oficial semejante en el que se notifica la autorización. La organización de una huelga de carácter general, sin embargo, es prácticamente imposible, debido a las exigencias del gobierno, que la considerará ilegal por uno u otro motivo, según CIOSL. Por último, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres recuerda que la esclavitud, aunque fue abolida por ley en 1981, se continúan aún dando las tradicionales actitudes de "maestros y siervos", viéndose dificultadas las acciones de los sindicales.
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