afrol News, 11.06.2003 - Distintas fuentes de información en la capital mauritana, Nouakchott, subrayan que la vida está volviendo a la normalidad después del fallido intento de golpe de estado producido entre el domingo y el lunes. Ya que la identidad y el destino de los rebeldes continúan siendo desconocidos, el nivel de seguridad sigue siendo alto y tropas estadounidenses llegarán a Mauritania para preparar una posible evacuación de ciudadanos occidentales. Los restos más visibles de las batallas del domingo y el lunes - varios tanques destruidos - se eliminaron ayer de las zonas más céntricas de Nouakchott. Las tiendas que no fueron saqueadas han vuelto a abrir al público y los ciudadanos de la metrópolis vuelven a sus asuntos cotidianos. Tan sólo se encontraban medidas de alta seguridad frente al palacio presidencial y en otros lugares estratégicos. Aparte de la aparente tranquilidad, el intento de golpe de estado, de hecho, ha tenido un alto precio. Los hospitales de Nouakchott ya han informado sobre un elevado número de fallecidos y heridos, pero la cifra total no se conoce todavía. También el centro de la ciudad ha recibido graves daños físicos. El precio de las consecuencias para la economía mauritana, sin embargo, tan sólo se verá en el futuro. Localmente, muchas tiendas saqueadas tendrán problemas para volver a abrir. La industria del turismo sufrirá seguramente una recesión, ya que algunos países occidentales, como Canadá, ya recomiendan a sus ciudadanos no viajar a Mauritania. Este país, que durante muchos años ha parecido un lugar seguro en lo que se refiere a inversiones, también verá más dificultades para atraer a inversores extranjeros, ya que la reputación de estabilidad de la que gozaba hasta ahora se encuentra dañada. Los riesgos de inestabilidad política, además, todavía no han pasado. La identidad y la localización de la mayoría de los rebeldes continúan siendo difusas. Mientras las tropas leales al Presidente Ould Taya conseguían capturar a algunos soldados rebeldes, la mayoría, incluso sus líderes, parecen haberse escondido bajo la tierra y se ocultan entre la población civil. Mientras el gobierno mauritano mantiene que la situación está bajo su control total y que el intento de golpe de estado, de hecho, ha fallado, hay gobiernos extranjeros que mantienen otro punto de vista. El Presidente estadounidense George Bush informó ayer que un "equipo de evaluación... y una fuerza de evacuación de un personal de 34 militares de EE.UU." está en camino hacia Nouakchott, siguiendo una petición de la embajada americana. De hecho, el gobierno de EE.UU. evalúa como posiblemente necesaria una evacuación de ciudadanos occidentales de Mauritania dentro de poco tiempo. Se espera que las tropas americanas lleguen el próximo martes, junto con aviones militares para estar estacionados en Dakar, Senegal, "para reducir el tiempo de respuesta si se requiere una evacuación de ciudadanos americanos desde Liberia o Mauritania". La presidencia mauritana, por otro lado, considera el intento de golpe de estado como una operación acabada. Durante una reciente rueda de prensa en el palacio presidencial, el Presidente Maaouya Ould Taya realizó unas declaraciones donde especialmente daba las gracias a las fuerzas militares mauritanas "por su intervención heroica, que detuvo el intento de golpe de estado". El Presidente también declaró que "Debido a la voluntad de Alá, la situación ha llegado a estar controlada después del intento de golpe de estado organizado por determinados oficiales del ejercito, los cuales tomaron posesión de una fuerza de unidades blindadas, principalmente. Se requirió bastante tiempo para destruir esta fuerza debido a estos tanques blindados". Pero esto ahora se había "conseguido de verdad". La operación, sin embargo, "ilustraba claramente la capacidad de nuestro ejercito cuando se encuentra en... las condiciones más difíciles". Sin embargo, el gobierno mauritano, hasta ahora, no ha hecho ninguna
declaración sobre la identidad o los motivos de los rebeldes, lo cual
indica que sus líderes todavía no se han podido detener.
|