afrol News, 19.03.2003 - El pasado mes de septiembre, el gobierno mauritano lanzó un llamamiento urgente de ayuda en el que se solicitaban fondos a sus tradicionales países colaboradores para hacer frente a la crisis alimentaria que se avecinaba. Medio año después, un nuevo informe confirma que las donaciones y la cooperación han llegado sólo ser la mitad de lo esperado. Un nuevo informe de Famine Early Warning Systems (FEWS) confirma las malas expectativas de la situación alimentaria en Mauritania. La ola de frío que vive el país desde el mes de enero, acompañada de unas mínimas precipitaciones, hacen empeorar la situación alimentaria. Las zonas de Gorgol, Assaba y Hodh son las peores afectadas. Las labores de distribución de alimentos han retrasado la progresión del hambre en Aftout y en las zonas agro pastorales de Trarza, Brakna y Gorgol. En el valle del río Senegal, las cosechas de arroz y maíz, a través de la utilización de métodos de irrigación, han hecho que el nivel de inseguridad alimentaria se haya visto reducido. En cualquier caso, las cosechas aquí obtenidas son, en general, escasas y la mayor parte de los donantes tradicionales que colaboran con Mauritania no han respondido al llamamiento de ayuda lanzado el pasado mes de septiembre por el gobierno mauritano. El 1 de septiembre de 2002, y para hacer frente a la situación, el Estado elaboró un Plan de Urgencia, para el periodo comprendido entre enero y octubre de 2003. Según este plan gubernamental, se necesitaban unas ayudas alimentarias de 82.827 toneladas para 1.465.000 personas. Los donantes que han respondido, en concreto, el Programa Mundial de
Alimentos, Francia y China, sólo han podido aportar la mitad de lo
necesario.
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