afrol News, 29.01.2003 - El martes fue lanzado un dramático llamamiento por parte del Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas. Unas 580.000 personas en el Sahel africano se ven amenazadas por una crisis alimentaria de emergencia, en la que Mauritania hace frente a los peores pronósticos. Parte de la población de Cabo Verde, Senegal, Gambia y Malí forma parte de los afectados. El PMA acusa a Mauritania y sus "mentiras" de ser la responsable de la situación. Según explica el Programa Mundial de Alimentación (PMA) de las Naciones Unidas, 620.000 mauritanos se ven amenazados por el hambre, junto a 120.000 personas repartidas entre Cabo Verde, Senegal, Gambia y Malí. Ante la gravedad de la situación, el PMA lanzó el martes una súplica para que se consiga una donación equivalente a 28 millones de dólares para proporcionar el suministro de alimentos básicos a la población afectada de estos países del Sahel. Desde la oficina del PMA en Dakar, Manuel da Silva, director regional del PMA, ha explicado que "el país más afectado de la región es Mauritania, en donde la gente en las áreas más pobres está haciendo frente a la crisis de alimentos más grande de los últimos años". Mauritania sorprendió enormemente a la opinión pública a finales de la semana pasada, cuando se hizo público un informe facilitado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que quedaba claro que Mauritania concedía sólo un 0,4 por ciento de su PIB en el presupuesto de 2003 para las víctimas del hambre, "a pesar de la disponibilidad de recursos". Según el documento, los representantes del FMI habían discutido el presupuesto nacional para 2003 con los miembros del gobierno mauritano a finales del año pasado y Mauritania se había comprometido en aumentar ligeramente el gasto en salud y educación. Sin embargo, "en vista de la limitada capacidad de la puesta en práctica, no era posible aumentar los gastos sociales en más de 0,6 puntos del porcentaje del PIB, a pesar de la disponibilidad de recursos", se lamentaba el FMI. En relación con este informe, para el representante del PMA en Dakar, las "mentiras de Mauritania son el epicentro de la crisis alimentaria y de los centenares de miles de personas que se enfrentarán al hambre a menos que llegue la ayuda pronto". Al mismo tiempo, la producción agrícola del 2002 en Senegal, Gambia y la parte occidental de Malí había sido muy reducida y no era suficiente para abastecer a la población, especialmente en las zonas rurales de estos tres países, donde se espera que se acaben con las reservas ya durante estos días de finales de enero de 2003. En Cabo Verde, por último, la cosecha del 2002 es considerada como
prácticamente nula por el PMA, que considera que muchas familias han
comido ya sus reservas y no tienen nada que plantar en la cosecha
siguiente.
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