Por Rainer Chr Hennig* afrol News, 23.07.2003 - Se insta a EE.UU. a tomar la responsabilidad de un poderoso despliegue de tropas de la ONU en Liberia, afectada por una brutal guerra civil, pero Washington parece incapaz de hacerlo. Primero, hay que encontrar una solución sobre Irak en la ONU, a través de la cual Washington no deteriore aún más su imagen. Washington se enfrenta a un gran dilema. Demasiadas tropas - un total de 147.000 soldados estadounidenses - se encuentran actualmente desplegadas en Irak. Desde que EE.UU., unilateralmente, declaró que la guerra en Irak había terminado el pasado 1 de mayo, se ha matado a 39 soldados americanos. Pero la guerra sigue, tal y como confirmó recientemente el jefe militar de EE.UU. en Irak, John Abizaid. Todavía son necesarias más tropas, pero los ya demasiado excedidos militares estadounidenses no pueden encontrar más recursos internos. El gobierno de EE.UU., por ello, ha entendido que es hora de volver a llamar silenciosamente a las puertas de la ONU. El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, fue recientemente recibido por su amigo, el Secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, con todos los honores. Se está buscando actualmente una solución diplomática para una intervención de la ONU en Irak, de una forma que no significaría una pérdida total de imagen para los políticos más intransigentes de Washington, que demostraron su impaciencia al excluir a la ONU de Irak a comienzos de este año. El papel de Annan en Washington - el líder de la ONU evitaba cuidadamente cualquier crítica áspera contra EE.UU. mientras Washington marginaba a la ONU - está aumentando constantemente. Por ello, encontrar una solución diplomática a la actual crisis iraquí significaría que el ghanés Annan puede aumentar sus posibilidades de girar la atención de EE.UU. a las diversas crisis actuales en África. Esto se reflejaba en la atención dada a Liberia e Irak en las negociaciones entre Annan y el gobierno de EE.UU. EE.UU. se encuentra bajo una incrementada presión por parte de la ONU, los países de África Occidental y de Europa para liderar una intervención de la ONU en Liberia, donde la matanza de civiles está aumentando de manera cotidiana. Liberia, que nunca fue una colonia de nadie, fue fundada por esclavos que volvían de EE.UU. y ha tenido lazos extraordinarios con Washington a través de su historia. Por lo tanto, los africanos y europeos sostienen que EE.UU. tiene una responsabilidad especial con respecto a Liberia. El Pentágono ha enviado ya un equipo de combate para proteger la embajada en Monrovia, la capital liberiana donde permanecen menos de 100 ciudadanos americanos. También se ha dado la orden de que sus efectivos en el este de África se preparen ante una posible movilización hacia Liberia. De esta manera, el gobierno de EE.UU. ya ha indicado sus especiales responsabilidades con respecto a Liberia - a pesar del hecho de que eran tropas francesas las que tuvieron que evacuar a los ciudadanos occidentales en Monrovia el mes pasado. Pero es evidente que el gobierno de EE.UU. no puede liderar una gran operación en Liberia cuando al mismo tiempo le faltan tropas en Irak. También, debido a la actual situación diplomática entre la ONU y EE.UU., el Pentágono ha dejado claro que no va a enviar a tropas estadounidenses a Liberia bajo el mandato de la ONU. Por lo tanto, la crisis liberiana, desde el punto de vista de EE.UU., solamente puede ser resuelta después de que se haya encontrado una solución para la crisis iraquí. Cuando el gobierno de India, la semana pasada, canceló su intención de enviar 17.000 tropas a Irak bajo el mandato estadounidense, el Secretario de Estado de EE.UU. demostró que tenía razón en sus antiguos argumentos: EE.UU. tiene que aceptar algún tipo de implicación de la ONU en la guerra iraquí, cada vez más impopular. India, como casi todos los países, dijo que solamente enviaría a tropas a Irak bajo el mandato de la ONU. Para EE.UU., la única alternativa sería reintroducir el servicio militar obligatorio - suprimido desde la guerra de Vietnam - que por otro lado parece imposible un año antes de las elecciones presidenciales. Por ello, Powell está consiguiendo mayor libertad para negociar con la ONU. Mientras Annan y Powell están buscando una solución de compromiso para los intransigentes conservadores de EE.UU. y a los miembros europeos del Consejo de Seguridad que se oponen a la guerra iraquí, Liberia continúa en su camino hacia al infierno. Los enfrentamientos continúan haciéndose más intensos y no hay ayuda humanitaria disponible para el sufrimiento de la población civil. Una solución a este rompecabezas geopolítico significaría una gran
victoria para la ONU, que demostraría que no puede verse marginada por el
sector de los más intransigentes de Washington. Pero la solución llegará
seguramente demasiado tarde para los millares de civiles liberianos
destinados a fallecer durante los próximos días y semanas en las luchas y
en la situación de crisis humanitaria. *Rainer Chr Hennig es editor jefe
de afrol News
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