El corresponsal de la emisora de radio norteamericana 'Voice of America' en Eritrea, Akhlilu Solomon, de 32 años de edad, fue detenido el pasado 8 de julio en su domicilio. Unos oficiales de la policía nacinal anunciaron posteriormente que había sido conducido a un campo militar, para hacer el servicio nacional obligatorio. Según 'Voice of America', el periodista ya había cumplido una parte de su servicio nacional y estaba exento del resto, por razones médicas. La embajada de Estados Unidos en Asmara afirmó haberse puesto en contacto con el gobierno eritreo para solucionar el conflicto, aunque no ha trascendido más información sobre las conversaciones mantenidas. Al conocerse la nueva situación del periodista estadounidense, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha aprovechado la ocasión para recordar que Eritrea es "la mayor cárcel del continente africano para los periodistas". Y es que, con esta nueva detención, aumenta hasta diecinueve el número de periodistas encarcelados en el país. - Después de atacar a la prensa local, ahora las autoridades se dedican a atacar a los corresponsales de prensa extranjera. Eritrea es, con mucho, el país más represivo del continente, en materia de libertad de prensa, ha denunciado Reporteros sin Fronteras a través de un comunicado. En septiembre de 2001, el gobierno ordenaba la suspensión de todas las cabeceras de la prensa privada. Al mismo tiempo, se iniciaba una oleada sin precedente de detenciones de los periodistas eritreos. Casi dos años después, dieciocho profesionales de la prensa continúan tras las rejas, detenidos en algún lugar que las autoridades mantienen en secreto, sin que se hayan dado razones oficiales ni se haya celebrado ningún proceso. En estos momentos, la única prensa que existe en el país es la estatal. Tres medios de comunicación extranjeros disponen ahora de corresponsal en
el país: BBC, AFP y Deutschewelle. Desde 1994, todos los eritreos con más de
dieciocho años están obligados a cumplir un servicio nacional de dieciocho
meses, de los cuales seis son de formación en un campo militar en Sawa, al
oeste del país.
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