En primer lugar, a la hora de hablar sobre la relación entre la pobreza y salud, es necesario tener en cuenta que, si bien la pobreza es un determinante fundamental para la salud del individuo, lo es mucho más en el caso de las personas de edades más mayores. Aquellos países que disponen de datos creíbles sobre su pobreza por edades y sexos (la mayoría de los países en vías de desarrollo y, en entre ellos, los africanos) demuestran que son las mujeres más ancianas las que más facilmente pueden encontrarse en esta situación que los hombres de su misma edad. Aunque no en todos los países en vías de desarrollo existen estas estadísticas basadas en grupos por edades y sexos. La pobreza está también relacionada con los inadecuados accesos a una alimentación y nutrición adecuada y la salud de las mujeres mayores a veces refleja los impactos acumulados de dietas más pobres. Por ejemplo, los años que dedican a criar a sus hijos y se ven obligadas a sacrificar su propia nutrición por la de su familia puede luego convertirse en una anemia crónica cuando se hacen mayores. Otro factor determinante de la salud es la educación: los niveles de educación y formación entre las mujeres más mayores de los países en vías de desarrollo son bajos. Un incremento de educación en las mujeres mayores conllevaría beneficios sanitarios para ellas y sus familias. La carencia de agua potable segura, una repartición tradicional de las tareas caseras (entre las que se incluye también la recogida de agua como parte de las tareas femeninas), desastres medioambientales, así como el contacto con agua contaminada, pesticidas agrícolas y polución, todos ellos representan un impacto acumulado negativo sobre la salud femenina en los países más pobres. Las mujeres más ancianas de cualquier parte del mundo son más propensas que los hombres ancianos a vivir en situaciones de pobreza e igualmente más mujeres esperan que la pobreza sea algo habitual durante cualquier época de su vida adulta. Mientras la mayoría de las mujeres se adaptan, tanto emocional como financieramente a sus situaciones de cambio, algunas prácticas tradicionales en algunos países y que acaban resultando en situaciones de violencia y abusos conllevan un serio riesgo para la salud de aquellas mujeres más ancianas que se han visto obligadas a sufrir casos de violencia doméstica. La viudez viene precedida en muchos casos por un periodo de cuidados que reciben por parte de sus familiares más cercanos y que acaba convinándose luego con un cuidado que ellas deben ofrecer a sus familiares de los que depende, nietos y otros miembros de la familia. Las mujeres mayores representan un importante recurso de ayuda para las labores diarias de un hogar, realizando generalmente actividades que no son remuneradas. En muchos países, los servicios sanitarios vienen regulados por un sistema nacional de seguridad social al que unicamente los trabajadores que cotizan pueden tener acceso. Dado que la mayoría de las mujeres de los países en vías de desarrollo nunca ha desarrollado una actividad en el sector formal ni ha recibido beneficios económicos, el acceso al servicio sanitario, en muchas ocasiones, representa un grave problema para ellas.
Fuente: WHO
AfriPromote Banner Exchange
|