afrol News, 16.07.2003 - La normalidad volverá muy lentamente a las zonas más afectadas por la guerra que civil que ha sacudido a Costa de Marfil desde el mes de septiembre. Una semana después de que se declarase la llegada de la paz, la población comienza a regresar a la zona occidental del país, controlada hasta hace poco por los rebeldes y donde las consecuencias económicas de la guerra han dejado las peores huellas. La región occidental del sur de Costa de Marfil, paradójicamente, era hasta antes de la guerra civil una de las más ricas del país. Al igual que todo el sur de Costa de Marfil, albergaba la mayor parte de la plantaciones de cacao del país, industria que representaba el principal ingreso nacional, situando al país entre uno de los más prósperos de la región de África Oeste. Desde que el conflicto se iniciase el 19 de septiembre, sin embargo, la población de la zona occidental de Costa de Marfil abandonó sus hogares, comercios, industrias y plantaciones de cacao ante el repentino brote de enfrentamientos entre los grupos rebeldes dominantes en la zona y las tropas gubernamentales. Diez meses después de la insurrección rebelde, y cuando hace poco más de una semana que el Presidente Laurent Gbagbo anunció la declaración de paz entre gobierno y rebeldes, la población comienza paulatinamente a llegar a sus abandonados hogares y negocios, especialmente en la zona fronteriza con Liberia, una de las más afectadas por los combates. Sin embargo, las consecuencias, tanto humanitarias como económicas, de estos diez meses de luchas aún no se conocen con exactitud. Además de los signos de destrucción física de infraestructuras económicas y de hogares privados, se deben añadir las terribles condiciones de desnutrición en las que llegan los primeros miembros de la población que se vio obligada al exilio. La mayoría de los niños y de las mujeres dan muestras de la desnutrición, pasando días sin que sean capaces de ingerir alimentos, según informan los trabajadores humanitarios allí desplazados. Tan sólo en la región de Danane, se esperan repartir 300 toneladas de alimentos y en el mes de julio el Programa Mundial de Alimentación confía en distribuir más de 1300 toneladas. Acción contra el Hambre, por su parte, ha establecido cinco centros alimenticios para atender los casos más extremos. Según expertos de Acción contra el Hambre, tal y como está la situación, no se esperan ver signos de mejora en la zona hasta en un "plazo de seis meses". Para Médicos Sin Fronteras (MSF), al mismo tiempo, la situación es
denominada de "crisis grave" y ha lanzado un llamamiento a los donantes
internacionales y a los principales actores dentro del mundo de la
cooperación para que acudan a la zona. El sistema sanitario además,
denuncian, ha quedado destruido tras la guerra. MSF espera también que la
tasa de mortalidad se incremente notablemente si no llegan ayudas de forma
inmediata.
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