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afrol News, 21.03.2002 - Los cultivadores senegaleses, otra vez, se demuestran como buenos economistas, respondiendo rápidamente a la bajada de los precios del cacahuete. Aunque la cosecha de cacahuetes, el principal cultivo comercial del país, había sido bueno en general, los ingresos fueron marginales. Los cultivadores ahora se vuelven hacia cultivos más seguros, reforzando así la seguridad nutricional. De hecho, no hay nada nuevo en esta respuesta de los cultivadores senegaleses, constantemente balanceándose entre la producción de cacahuetes que genera efectivos y cereales, como mijo, sorgo o maíz, que generan seguridad nutricional. Cuando bajan los precios, familias rurales pueden asegurarse mejor de su sustento mediante la producción de cultivos para el consumo. Este año, sin embargo, la situación es algo especial, ya que parece que la cosecha de todo el Sahel ha sido demasiado bueno. Tan sólo Senegal prevé una producción de más de 1,2 millones de toneladas para este año. Pero los precios del cacahuete han bajado durante tres años consecutivos debido a una sobreproducción global y un descenso de la demanda. Además, Senegal ha experimentado una problemática reorganización de todo el sector del cacahuete, siguiendo instrucciones del Banco Mundial y del FMI. Sonagraines, una empresa estatal dedicada a organizar la mayoría de la recolección y el transporte de los frutos secos, estaba obligada a cerrar en noviembre para dejar abiertas las posibilidades de desarrollo de alternativas privadas. Esas alternativas privadas siguen siendo, en su mayoría, inexistentes, cuatro meses después, cuando la cosecha está recogida y esperando a ser vendida. Los cultivadores están confusos sobre cómo comercializar los productos y existen informes de operadores de transporte aprovechándose de la situación mediante la compra de grandes cantidades de cacahuetes a precios reducidos. Tanto los cultivadores como la oposición política han criticado fuertemente la decisión de cerrar Sonagraines. El Presidente Abdoulaye Wade se sintió obligado a decir que actuó siguiendo órdenes del Banco Mundial y del FMI, dos instituciones dominadas por EE.UU. EE.UU., que es el mayor productor mundial de cacahuetes, ha observado las molestias que han causado a sus propios cultivadores la competencia internacional y los recortes de los precios que han conllevado. Según informes de Senegal, los cultivadores han llegado ya al límite de su paciencia con los cacahuetes. Campos que normalmente se reservan para ese cultivo comercial ahora se preparan para cultivos alternativos. En la región de Tambacounda se dice que el área ahora reservada tan sólo para el maíz se ha multiplicado por tres. Esto viene seguido de una producción ya aumentada significativamente durante esta cosecha, que acaba de cambiar su papel tradicional de ser un cultivo de subsistencia a ser un cultivo de tipo comercial. Se espera también que otros cultivos de consumo y algodón crezcan en importancia. Se estima que la producción senegalesa anual de maíz estará entre unas 50.000 y unas 60.000 toneladas, mientras que la demanda nacional se sitúa en 80.000 toneladas. La diferencia se reemplazará a través de la importación. La producción de maíz tiene una buena situación gracias a los precios fijados y un colectivo operativo para la recolección y transporte de las cosechas.
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