   |
|
desplazamiento de tropas multiplican de manera exponencial la incidencia del SIDA en Congo. La representante de OXFAM INTERNACIONAL - INTERMÓN OXFAM en España - subrayó que "la fortaleza Reindorp señaló que no puede prorrogarse por más tiempo el inicio del proceso de paz en la República Democrática del Congo, y que este proceso debe abarcar una dimensión regional. Así, OXFAM animó al Consejo de Seguridad a que apoye la celebración de una Conferencia de Paz de los Grandes Lagos y anime a las partes en conflicto, especialmente los gobiernos de RD Congo y de Ruanda, a encontrar un camino de entendimiento. En el conflicto de la República Democrática del Congo, a parte de su propio ejército, están involucrados otros cinco países. Las tropas de Angola y Zimbabwe apoyan las fuerzas del presidente Joseph Kabila, mientras que buena parte del norte y el este del país está dominado por los ejércitos de Uganda, Ruanda y Burundi. Las tropas de Ruanda, Uganda y Zimbabwe practican lo que se ha dado en llamar "comercialismo militar", práctica mediante la cual los militares, los gobiernos y el sector privado unen fuerzas para sacar provecho del rico subsuelo congolés. Según el personal de OXFAM INTERNACIONAL en la República Democrática del Congo, es evidente que el saqueo de minerales como el coltán, los diamantes, el oro o la casiterita guarda una muy estrecha relación con la guerra y enriquece a los practicantes del comercialismo militar. Según el documento de la organización, la guerra en República Democrática del Congo se está convirtiendo en una de las causas más activas de propagación del SIDA en el país. El alto número de efectivos militares provenientes de países limítrofes donde la incidencia del SIDA es mayor, como Zimbabwe o Uganda, constituye un factor de propagación importante. El continuo trato con prostitutas y los altos índices de violaciones sexuales convierten a las fuerzas armadas en el sector con mayor incidencia de SIDA y de mayor propagación de la enfermedad. Según algunas fuentes, el índice de SIDA en las fuerzas armadas alcanzaría el 80%. Cuatro de cada cinco militares congoleses serían portadores del virus. Las cifras oficiales indican una incidencia del SIDA del 5% de la población del país. Sin embargo, la situación real es mucho peor, especialmente en las áreas bajo control de los rebeldes, donde el Ministerio de Salud congolés estima una incidencia del 10%. En zonas como Lubumbashi o Matadi el número de infectados se ha duplicado en sólo dos años, y según los resultados de un estudio de donantes de sangre en Goma, la incidencia del SIDA pasó del 4% al 16% como consecuencia del flujo de refugiados ruandeses de 1994 a 1997. La pobreza agravada por la guerra y la carencia de recursos corren también en beneficio de la expansión de la epidemia de SIDA. Las estructuras sanitarias tienen una capacidad muy limitada para hacer la prueba del SIDA a los pacientes y para asegurarse de que la sangre empleada en las transfusiones no contiene anticuerpos. Para una población de 50 millones, sólo hay 2.056 médicos, de los cuales 930 residen en Kinshasa. Muchas mujeres que viven cerca de los campamentos militares, sin fuentes de ingresos, ejercen la prostitución, a pesar de los riesgos que conlleva, para poder mantener a sus hijos. Por otra parte, la guerra ha generado más de 2.300.000 desplazados en los últimos años, la mayor parte de ellos en la mitad oriental del país, lo cual incrementa las posibilidades de propagación. En RD Congo ya hay un millón de menores que se han quedado huérfanos de padre o madre a causa del SIDA.
|