afrol News, 22.07.2003 - Ayer lunes se confirmó la polémica extradición, desde Dakar a Nouakchott, del teniente Didi Ould Hamed, sospechoso de liderar el intento de golpe de estado en Mauritania el pasado mes de junio. Las organizaciones de derechos humanos temen que Hamed sea víctima de tortura por parte de las autoridades mauritanas. Mohamed Abdellahi Ould Babana, magistrado mauritano encargado de las investigaciones sobre la autoría de los responsables del intento de golpe de estado del pasado mes en Mauritania confirmaba ayer la extradición, ocurrido el viernes, del teniente Didi Ould Mohamed, desde Senegal a Mauritania. Según Babana, la extradición se efectuó "en conformidad a las disposiciones del convenio de Antananarivo de 1961 sobre la extradición de los autores de crímenes, que vincula a Mauritania, Senegal y a otros países de África". La extradición del teniente había sido anunciada, aunque no de forma oficial hasta el momento, y había sido fuertemente criticada por miembros de organizaciones senegalesas para la defensa de los derechos humanos. Distintas organizaciones condenaban ayer en Dakar el paso dado por las autoridades senegalesas al adoptar esta medida. Así, a través de un comunicado conjunto de Amnistía Internacional, el Foro Africano para la Defensa de los Derechos Humanos y la Federación Internacional de las Ligas de Derechos Humanos, "esta extradición constituye un violación, por parte de Senegal, de la convención de las Naciones Unidas contra la tortura", ya que permite llevar a una persona a otro país en el que corre el riesgo de ser sometido a actos de tortura. Al mismo tiempo, las tres organizaciones coinciden en criticar la actitud del gobierno senegalés al señalar que la medida se produce tan sólo semanas después de que Senegal acordase con EE UU no extraditar a ciudadanos a la Corte Penal Internacional (CPI). Las organizaciones, finalmente, han exigido a las autoridades mauritanas que garanticen un proceso judicial justo en el que se respeten lo derechos del acusado a quien, además, deben facilitar la ayuda de un traductor, ya que sólo habla árabe y español. El fallido intento de golpe de estado en Mauritania se produjo el pasado 8 de junio, estando durante unas horas incomunicado el gobierno de Nouakchott. Poco después, las fuerzas de seguridad restablecieron el orden y se inició una campaña de detenciones y de destituciones en las altas esferas del poder, aunque se han ofrecido pocos datos sobre las conclusiones de la posible autoría y paradero de los responsables.
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