El acuerdo de paz se ve colapsado afrol News, 31.01.2003 - Mientras los ciudadanos franceses se están viendo obligados a regresar a Francia, todo parece indicar que el acuerdo de paz quedará colapsado. Varios partidos políticos piden a las fuerzas militares que no permitan a los rebeldes ocupar sus ministerios. Las manifestaciones anti-francresas dominan las calles de Abidjan, donde un diplomático español también fue atacado. El acuerdo de paz alcanzado la pasada semana, firmado en París debajo la supervisión francesa, prevé el establecimiento de un "gobierno nacional de reconciliación", dirigido por el nuevo Primero Ministro Seydou Diarra, procedente de la zona norte musulmana, controlada por los rebeldes. El grupo rebelde MPCI debe asumir el control de los ministerio de Interior y Defensa. Mientras que el acuerdo provocó que los norteños celebrasen "haber ganado la guerra", los sureños seguidores del Presidente Gbagbo han continuado provocando altercados y ataques desde entonces. El gubernamental Frente Popular de Costa de Marfil (FPI) del Presidente Gbagbo se ha unido a otros cuatro partidos - con sus principales plazas electorales en el sur cristiano del país - en su protesta contra el acuerdo de París. Ellon nunca habían dado su aprobación en dar los dos ministerios a los rebeldes, dicen en una delcaración conjunta, en la que se añade que la solución es inconstitucional. El Ministro saliente de Interior, Paul Yao N'dré, ha declarado a la televisión nacional en Togo que exige regresar a su puesto. Demanda que el traspaso de su ministerio y el de Defensa, mantenidos por un gobierno elegido por el pueblo, "se asemeja a un golpe de estado" y declaró la decisión de "nula y sin efectos". Oficiales de las fuerzas armadas de Costa de Marfil han declarado que no apoyan el acuerdo de París. En un memorándum entregado al Presidente Gbagbo, los militares declaran no aceptar ser tratar a un mismo nivel como los rebeldes. Mientras tanto, en Abidjan, capital económica del país, los ataques e incidentes alcazaron ayer una nueva dimensión, volviéndose fuertes contra los norteños, inmigrantes y ciudadanos franceses. Se acusa a Francia de haber provocado un forzado y desafortunado acuerdo para el sur. Hay más de 16.000 nacionaloes franceses residiendo en Costa de Marfil, además de unos 2.500 militares desplegados. Franceses y otros expartriados occidentales cogieron hoy vuelos especiales desde Abidjan, regresando a sus patrias y a Dakar, Senegal. Los nacionales franceses estaban asustados ante el incremento de los incidentes, durante los cuales ya se pueden oir gritos de - muerte a los franceses!' entre la enojada muchedumbre. También otros ciudadanos occidentales han sido atacados, entre ellos un diplomático español. Mientras Cruz Roja y Air France están ayudando a los nacionales franceses en su éxodo, el gobierno de París no desea aún hablar sobre evacuación. El Ministro de Exteriores francés, Dominique de Villepin, decía ayer a la radio nacional que el gobierno "está siguiendo la situación hora por hora" y "no durará" en empezar una operación completa de evacuación si se hace necesaria. El gobierno francés anunció ayer el envío de más tropas a Costa de Marfil. En concreto, Francia enviará 130 gendarmes paramilitares a Abidjan para proteger a sus nacionales y ayudarles en su salida. Su llegada se produjo durante la tarde del jueves. El Presidente Gbagbo sostuvo ayer un discurso televisado para explicar el plan de paz a sus conciudadanos. Aunque en un principio prometió al gobierno francés "apelar a la calma", se observa ahora el miedo de Gbagbo ante el descontrol de las masas en Abidjan y la presión del ejército. Gbagbo tiene en estos momentos dos alternativas. Puede reachazar el acuerdo de París y volver a la lucha contra los rebeldes. Esto le costaría el apoyo internacional, pero se aseguraría del apoyo del sur del país. La otra alternativa sería mantener el acuerdo de paz y enfrentarse entonces a una rebelión en su contra desde sus propias filas. Incluso un golpe de estado - como el ocurrido en 1999 - sería entonces también posible. Mientras tanto, los disturbio siguen paralizando aún más la economía
nacional. Aunque algunos pequeños negocios volvieron ayer a abrir sus
puertas en Abidja, las industrias, especialmente las grandes, continuan
cerradas. Muchos de los expatriados occidentales dirigen algunas de las
empresas líderes del país, forzadas a verse cerradas tras el repentino
abandono de estos. También los inmigrantes de Burkina Faso y Malí con
perseguidos fuera de Abidjan y forman el grueso de mano de obra en la
industria del cacao, en la que Costa de Marfil es el mayor productor
mundial.
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