El General Idi Amin Dada es un "popular y natural líder de personas, pero simple y prácticamente analfabeto; un hombre del pueblo", concluye un informe titulado "Notas de Personalidad", escrito por la Embajada Británica en Kampala en julio 1971. Los ingleses se quedaron cegados por el expresado amor de Amin a Inglaterra y sus promesas de establecer un gobierno pro-occidental. "Amin necesita nuestra ayuda", escribió el Foreign Office en Londres y recomendó la venta de armas al autoproclamado Presidente. Durante los ocho años que lideró un régimen de terror en Uganda, Amin iba a dar un entendimiento nuevo a la palabra "déspota". Inmediatamente después del golpe de estado de Amin se sospechó que los británicos lo habían orquestado. Ellos, por cierto, opinaban que tenían razones para celebrar la caída del Presidente anterior ugandés, Milton Obote, "uno de nuestros enemigos más implacables en asuntos que afectan al sur de África", según escribió el Foreign Office en 1971. El Presidente Obote era el crítico más prominente de las exportaciones de armas a la Sudáfrica del apartheid, promoviendo la idea de un boicot de Sudáfrica y del gobierno racista de Rodesia (ahora Zimbabwe). Además había "nacionalizado compañías británicas valoradas en millones de libras", según el diario 'The Monitor', basado en Kampala, Uganda. El Presidente Milton Obote salió de Kampala para atender a la cumbre de la Commonwealth en Singapur en enero de 1971 y su gobierno fue derrocado por el General de División Amin el 25 de enero. Según se afirma, Amin y Obote ya tenían una grave disputa y Obote supuestamente iba a detener a Amin cuando volverá a Kampala. Sin embargo, Obote y Amin nunca volvieron a verse. Los recién desclasificados documentos británicos demuestran que Londres fue cogido por sorpresa por el golpe de estado de Amin. De hecho, los diplomáticos británicos fueron a la embajada israelí para pedir información sobre la situación en Uganda y quedó claro que habían encontrado allí la mejor fuente. El Coronel Bar Lev, el Agregado Militar israelí en Kampala, ya se había entrevistado con Amin el día del golpe de estado, señalan los documentos de Londres. Sin embargo, el papel de Bar Lev - se sabe que era íntimo amigo de Amin ya antes del evento - en preparar el golpe de estado queda menos claro. Londres, al otro lado, estudiaba los motivos de Israel para ayudar a Amin a tomar el poder o consolidarlo. Explica el Embajador en Kampala a su central en Londres: "Los principales objetivos israelíes aquí son asegurarse de que la rebelión en el sur de Sudán siga estando a punto de estallar por tanto tiempo que las condiciones exigen la explotación de cualquier debilidad en el mundo árabe. No quieren que ganen los rebeldes. Quieren que sigan luchando". La cooperación de la sureña vecina Uganda para esta meta era "vital", nota 'The Monitor' sobre estos textos, y Amin había proclamado su voluntad para cooperar. Lo que sostiene la teoría de que Israel estaba envuelto en la concreta planificación del golpe de estado es la información que Bar Lev dio al embajador británico sobre que había sido el plan de Amin tirar y matar a Obote el 25 de enero, cuando iba a volver de Singapur, un plan que luego cambió. Mientras el apoyo israelí al golpe de estado queda incierto pero razonable - y la ayuda británica es descartada - los documentos desclasificados demuestran que ambos gobiernos hicieron todo lo posible para asegurar el ya tomado control de Amin durante los días y semanas posteriores al golpe de estado. El Foreign Office británico inmediatamente estaba encantado con la noticia del derrocamiento del Presidente Obote. "El General Amin, por cierto, ha removido de la escena africana a uno de nuestros enemigos más implacables en asuntos que afectan al sur de África", concluyeron los diplomáticos británicos dos días después del evento. "Nuestro porvenir en Uganda, sin dudas, ha aumentado considerablemente, dado que cogemos las oportunidades abiertas para nosotros. Ahora tenemos un gobierno profundamente pro-occidental formado en Uganda del cual deberíamos aprovecharnos pronto. Amin necesita nuestra ayuda". Y los ingleses, de hecho, ayudaron a Amin en términos prácticos. El servicio británico de información siguió el rastro del ex-Presidente Obote. Cuando recibió noticia de su llegada a Jartum (Sudán) el 29 de enero, el gobierno británico inmediatamente avisó a Amin, a través del gobierno de Kenia, de que Obote podría intentar entrar a Uganda por la frontera con Sudán. Gran Bretaña también promovió el rápido reconocimiento de Amin como Jefe de Estado ugandés. Según los documentos, Londres deseó reconocer el gobierno de Amin ya el mismo día del golpe de estado, pero el asunto se hizo demasiado delicado por las inmediatas sospechas de que hubiesen sido los ingleses los que habían planeado la caída de Obote, articulado por el propio Presidente de Tanzania, Julius Nyerere. Londres tuvo que usar medidas diplomáticas. Un diplomático y oficial de informaciones británico en Nairobi (Kenia), Bruce Mackenzie, persuadió a la vecina de Uganda, Kenia, de ser la primera en reconocer a Amin. Luego, fue reconocido por Israel. Entonces, durante la seguida ola internacional, Gran Bretaña pudo tomar un asiento anónimo en el espectáculo. Los sondeos de Amin en alabar a las instituciones inglesas, como a la Reina, de oponerse la condenación de Sudáfrica y Rodesia y su deseo de comprar armas inglesas - "quiere ser capaz de alcanzar Jartum con bombarderos" - animó al Foreign Office. Aconsejó contra "exagerar la cautela" que ya fue pronunciada por algunos diplomáticos sobre el terreno durante los primeros días, sospechosos por los exagerados sondeos de Amin. Las "Notas de Personalidad" aún demuestran que Amin estaba "bien dispuesto hacia Gran Bretaña, quizá de una extensión dañosa para él en un contexto africano". Como se consiguió una paz temporal en Sudán en 1972 y Amin poco a poco se distanció de Israel, los israelíes perdieron su interés en Uganda, observa 'The Monitor'. Los británicos sólo empezaron a sospechar de Amin cuando entendían que había lanzado los mismos sondeos hacia Estados Unidos. Cuando Amin retiró sus promesas de organizar elecciones pluripartidarias, se instaló como dictador totalitario y cambió su orientación diplomática hacia la Libia de Ghadafi, la continua cooperación británica ya no fue necesaria para él. Se estableció un régimen de terror - sólo teniendo equivalentes en el "Imperio" Centroafricano de Bokassa y la Guinea Ecuatorial de Macias Nguema - cada vez produciendo más víctimas, hasta que la armada tanzaniana le derrocó en una invasión en 1979. Idi Amin, mientras tanto, sigue vivo, asilado en Arabia Saudí, y Milton Obote ha vivido en Lusaka (Zambia) desde 1987. Según una reciente declaración del Diputado Primer Ministro ugandés, Eriya Kategaya, Obote estaría bienvenido a volver a Uganda si lo desea. Amin, al otro lado, debería preparase para presentarse ante los cargos de las atrocidades que cometió durante su régimen, si quiere volver. "Para Amin, no tenemos reconciliación", dijo Kategaya.
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