The Namibian / afrol News, 31.01.2002 - Los refugiados del campo de refugiados de Osire han sido acusados de caza ilegal, robo de ganadería y causar daños a la flora y fauna del alrededor. El año pasado, comunidades indígenas San conseguían parar el traslado del campo de refugiados de Osire a sus tierras escasas. Ahora, los refugiados están confrontados tras las quejas de los cultivadores comerciales. Los cultivadores comerciales de los alrededores del campo de refugiados de Osire, dedicados a la ganadería y la caza, acusan a los refugiados de robar sus animales y de cazar ilegalmente. Ya la tensión entre los cultivadores y los más de 20.000 refugiados angoleños ha llegado en ocasiones a las manos por intrusión. Según los cultivadores, los refugiados suelen cazar distintos tipos de antílopes, ónice y jabalís verrugosos, y últimamente también han empezado a robarles cabras y ovejas. Los daños sustanciales en la flora y la fauna de la zona habrían conllevado aún más pérdidas económicas para los cultivadores. Los refugiados sin acceso a efectivos habían agotado la planta 'Garra de Diablo' de la mayoría de las granjas por cavar sin control y sin regulación ninguna. La 'Garra de Diablo' es una planta de alto valor, conocida por sus valores médicos curativos. El año pasado, Namibia exportó 600 toneladas de esta planta farmacéutica a Sudáfrica, Alemania, España, Suiza y Reino Unido, conllevando ingresos de exportación de unos N$ 10 millones (1 millón de euros o US$ 870,000). Según se afirma, los refugiados usan métodos no sostenibles cuando cavan para buscar la 'Garra de Diablo'. Normalmente dejan agujeros abiertos con una profundidad de hasta un metro que son peligros potenciales para los animales salvajes y domesticados, así también como para los cultivadores cuando montan a caballo. Gerd Wolbling, uno de los cultivadores afectados, contó a 'The Namibian' que el campo de refugiados fronteriza solamente con cuatro granjas, pero que hasta 150 granjas en de un radio 90 kilómetros estaban afectadas. Afirmó que el nivel de intrusión probablemente llegó a más de 100 casos diarios. Wolbling mantiene que la intrusión se ha hecho tan habitual que los cultivadores ya no lo denuncian a las autoridades. Dijo que las actividades más típicas de los refugiados era colocar leñas para aumentar sus escasas raciones de parafina y también se envolvían en la caza ilegal. Un oficial de una oficina de intereses agrícolas cerca del campo dijo que "en realidad es un problema muy serio ... es una situación poco agradable. Esta gente ocupa todo e incluso se construyen cabañas en medio del terreno de las granjas." - Si ven una cabra o una oveja, [los refugiados] la cogerán, afirma. "Parece que la situación empezó ha hacerse peor el año pasado," dijo, refiriéndose a un incidente cuando se había registrado la caza ilegal de 14 animales salvajes en distintas granjas en un solo día. No fue posible obtener comentarios algunos por parte de los propios refugiados, ya que el Ministerio de Asuntos Interiores, el año pasado, les prohibió hablar con los medios de comunicación sin tener un permiso previo. Sin embargo, un alto oficial de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR) en Namibia reconoció ayer el problema. - Es un problema que lleva tiempo, comentó. El oficial de la ONU atribuyó las actividades ilegales del campo a la "congestión". El campo está situado a 230 kilómetros al noreste de Windhoek, la capital de Namibia. El administrador del campo de Osire, Paulus Haikali, afirmó que ninguna de las dos partes del conflicto se había confrontado con el problema. Hace un año, el gobierno de Namibia planeaba trasladar el campo de Osire a una zona marginal habitada por la comunidad !Kung, un grupo de pueblo seminómada san (anteriormente llamado "bosquimanos"). El traslado se vió alterado por las fuertes protestas de las comunidades san y también de la ONU, manteniendo que las actividades de los refugiados vaciarían la zona de los escasos recursos de la zona, como leña, frutas y raíces, es decir, los recursos que componen la supervivencia de la comunidad !Kung. Los conflictos alrededor de los campos de refugiados son conocidos por toda África. En declaraciones anteriores del ACNUR, refiriéndose a conflictos medioambientales cerca de campos en Guinea, se afirma que la inadecuada acogida deja a los refugiados sin suficientes recursos, supervisión y tareas diarias.
|