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afrol News, 07.02.2002 - En Mauritania, los salarios y las condiciones de trabajo están estancadas desde hace veinte años y en el campo y barrios marginales reina la miseria. Mientras tanto, la economía nacional experimenta altas cifras de crecimiento. Confrontados con numerosas violaciones de los derechos sindicales, los sindicatos luchan para sacar a su país de la miseria y del olvido. Según el último análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), Mauritania ha alcanzado una "estabilidad macroeconómica con la inflación baja [...], el crecimiento económico está relativamente robusto, y las reservas internacionales se mantienen en un nivel cómodo." Eduardo Aninat, director del FMI, "alaba" a las autoridades mauritanas "por su impresionante historial de realización de su [...] programa económico." Sin embargo, la percepción de la realidad sobre el terreno es muy diferente. Chej Bahi, de 59 años, trabaja en el puerto como estibador profesional desde 1972: "Las condiciones empeoran continuamente. Hace poco estuve muy enfermo pero no tuve derecho a atención médica y mi esposa no recibió la atención necesaria en su último parto." Señala con la mano las siluetas que se perfilan en lo alto de los contenedores, bajo un sol abrasador: "A quienes suben a las pilas de contenedores no se les paga ninguna prima de riesgo. Trepan sin escalera, utilizando solamente las barras con las que se fijan los contenedores. Es frecuente que alguien se caiga desde los contenedores a la bodega. Cada cinco minutos hay un accidente de trabajo pero no tenemos ninguna cobertura ni tampoco se toma ninguna medida de higiene ni de seguridad. No hay duchas, ni guantes, ni cascos." El jefe sindicalista Abdallahi Ould Mohammed, en una entrevista con CIOSL, mantiene que las políticas de labor y pobreza del gobierno y del FMI han tenido sus pros y contras. "Desde hace más de quince años (1985), los sindicatos están excluidos del proceso de reformas económicas y sociales emprendido en Mauritania dentro del marco de los programas de ajuste estructural. Están igualmente excluidos de la nueva estrategia de lucha contra la pobreza, lanzada por el gobierno junto con los interlocutores del desarrollo hasta el año 2015." Sin embargo, no hay planes inmediatos de envolver a la sociedad civil en las programas de reformas estructurales. En la implantación de su estrategia de reducción de la pobreza, el gobierno recibirá "asistencia técnica del FMI y del Banco Mundial," y se ha comprometido a "concluir la privatización de la Socíeté Mauritanienne d'Electricité (SOMELEC)," según Eduardo Aninat, del FMI. Sin embargo, respecto a las privatizaciones de las empresas públicas, los sindicalistas mauritanos se oponen a que se las liquide y recomiendan preservar sectores estratégicos, según afirma Ould Mohammed. Pero no forma parte en alguno de los foros donde se decide estos asuntos, las oficinas del gobierno y del FMI. .
Fuentes: Basado en CIOSL, FMI y archivos de afrol
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