Según los resultados provisionales, publicados en la primera semana de enero, el candidato de la oposición, Marc Ravalomanana obtuvo un 46,6 por ciento de los votos, mientras que el actual Presidente, Didier Ratsiraka, había conseguido un 40,4 por ciento. Este resultado implicaría la realización de una segunda ronda de elecciones entre estos dos candidatos. Sin embargo, Ravalomanana y sus seguidores afirman que las cifras oficiales han sido manipuladas por el gobierno y que en realidad él ganó la primera ronda obteniendo un 53 por ciento de los resultados. Datos de un "Consorcio de Observadores," envuelto en el recuento de los votos, han sostenido la demanda de Ravalomanana, afirmando que obtuvo por lo menos un 50,5 por ciento de los votos. El anuncio de una segunda ronda de votaciones - a pesar de la creencia popular de que Ravalomanana ganó ya en la primera ronda - provocó manifestaciones masivas en la capital, Antananarivo, ciudad donde Ravalomanana es alcalde. Se han observado entre unas10.000 y 100.000 personas en las manifestaciones diarias que comenzaron el 6 de enero en la capital. El independiente Consorcio Nacional de Observadores de Elecciones de Magadascar (CNOE) respaldó esta semana la presión contra el gobierno, haciendo público que Ravalomanana había obtenido un 50,49 por ciento de los votos, contra el 37,68 por ciento del Presidente Ratsiraka. El CNOE también declaró que había descubierto "errores y actos fraudulentos por parte del Ministerio de Interior y el Ministerio de Información." André Rasolo, jefe del CNOE, declaró a la agencia de noticias francesa AFP que los materiales de un 25 por ciento de los colegios electorales habían sido destruidos o perdidos. Sin embargo, su grupo consideró que el material del restante 75 por ciento era suficientemente representativo de la media nacional. "Nosotros paramos en este punto y llegamos a la conlusión de que la victoria es de Marc Ravalomanana," dijo Rasolo. Esta semana también marcó el aumento de la presión internacional contra el gobierno madagascarí. El 11 de enero, la "Federación Internacional de Liguas de Derechos Humanos" (FIDH) publicó un comunicado, señalando su preocupación sobre la situación en Madagascar. La FIDH declaró que solamente confiaría en "una decisión objetiva y transparente tomada por el Tribunal Constitucional (única institución que puede declarar los resultados oficiales de las elecciones)" y que una decisión así debería basarse en los resultados de todos los colegios electorales. Además, ayer la CNOE hizo público que había escrito a los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Alemania, Rusia, la Unión Europea y la organización de la francofonía para pedirles "presionar hacia la transparencia y la justicia en el cuento de los votos." Se espera que la decisión del Tribunal Constitucional de volver a contar los votos baje el alto nivel de tensión que se vive en Madagascar, según observadores en la isla. Sin embargo, todavía no queda claro si será posible volver a contar todos los votos, ya que varias fuentes afirman que se ha destruido ya un 25 por ciento del total. También sigue poco claro cuanto tiempo puede llevar volver a contar los votos, cuando la Comisión Nacional Electoral (CNE) todavía no ha llegado a publicar los resultados oficiales de la primera ronda. Según la decisión del Tribunal, también será la CNE la encargada de volver a contar los votos. Las elecciones de Madagascar en diciembre - las terceras pluripartidistas - fueron, en general, tranquilas. El Presidente Ratsiraka, que ha gobernado durante un total de 23 años, era el gran favorito hasta que el popular alcalde de Antananarivo entró en la campaña electoral. Ravalomanana, quien se denomina a sí mismo como un "milagro económico" conlleva la esperanza de muchos madagascarís de acabar con la constante crisis económica en que se encuentra el país. Ravalomanana empezó su carrera profesional como un pobre vendedor de yogurt, haciéndose poco a poco uno de los industriales más ricos del país.
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